Uno de ellos podría ser pensar creativamente acerca de qué sustituciones podemos hacer si nos falta algo (un ingrediente en la cocina), o si queremos que nos falte algo (un hábito malsano que queremos dejar atrás).
Para hacer "sustituciones" hacemos 2 tipos de preguntas:
- ¿Para qué queremos esto?
- ¿Con qué otra cosa podemos conseguir ese mismo objetivo?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoS2Yc3oDnhd0mV5ZxfD4VpfXOtE9cQR_sZuqJArldY0KrWk6sPucyO7aIaBNcROHaQB3t5dl3OPrI1REbaiLL0_ioUyukc_vWRyIKSxwwj_vOrKv7IqhI_EXauZgYWPoWZSmS/s320/Lo+que+queremos+sustituir.jpeg)
Un ejemplo práctico sería el siguiente:
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJjnDu2YhnAHuOupm-R45trxRx6Bjji7OLGuQ-DZahvTPfvyvY8-NIx6L0y_aSKDrAMcLFYQQy_QDA6q6PV9oqlxRiteID77YrIKQei5O8qaQkPXhCFchcUqMl4WericQhjSWa/s320/Ejemplo+de+sustituci%25C3%25B3n.jpeg)
Ejercicios:
- Sustituye los bancos. O, al menos, algunas de las cosas por las que usamos los bancos.
- Sustituye tu teléfono.
- Inventa tus propios ejercicios.
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