Voy a dar un par de rodeos - permacultura, niveles, cada nivel, y conclusión - así que tenme paciencia. O pasa a la conclusión si tienes prisa.
La permacultura trata de estrategias para diseñar ecosistemas sostenibles. Por ejemplo, en un jardín puedes reubicar y añadir elementos para tener más producción con menos mantenimiento. El ideal es crear "selvas comestibles", que diseñas y vas poniendo en marcha, y luego a vivir.
Si consideramos a Canarias (isla, municipio, barrio, calle o vivienda) como un territorio al que te gustaría contribuir, ¿cómo lo haces? A grandes rasgos, hay varios niveles.
El básico es cambiar lo que está en tu mano, y me refiero a esa que tienes al final de cada brazo, con sus cinco dedos a los que puedes mirar para ver cómo tienes las uñas, dedos que puedes flexionar y extender, para comprobar que las manos son algo esencial para ser hu ... manos.
Puedes plantar perejil en la cocina, en vasitos de yogur. Ese es el primer nivel, y si lo llevas al extremo llegas a poner en marcha una empresa sostenible de alto impacto y ejemplaridad.
El nivel contrario, en el extremo opuesto de la escala, es el que yo estoy haciendo ahora: reflexiones abstractas y panorámicas, tan alejadas de la realidad que ni la tocan.
Para estas chorradas, sí, mejor plantar perejil en un vasito.
¿Y que hay entre los extremos? Podemos actuar en el nivel de colaborar, facilitar, y metafacilitar. Pero cuidado, que "hablar de facilitar la facilitación" se parece mucho al extremo inútil.
Entre algunas personas (de momento dos) queremos explorar el espacio intermedio. Que es, curiosamente, el cercano a _nuestras_ uñas. Más cercano que el perejil.
La idea es ver qué está en nuestra mano hacer para contribuir. Sabiendo que lo importante es el perejil. Y con enormes dudas e ignorancias.
Pero la verdad es que cada uno puede contribuir lo que puede contribuir. Y, sí, intenté plantar un pimiento verde, y, digamos, he explorado mi potencial en esa dirección.
Veremos qué sale.
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