Se me ha encendido una bombilla (de bajo consumo, supongo) al leer este artículo de Worldchanging.
En ese artículo se habla del mal cuerpo que se le puso al autor al ver la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas (Madrid, España). Habla de cómo esos espacios abiertos, sustentados por columnas de cemento y llenos del ruido del aire acondicionado, pueden y deben re-percibirse, no como un símbolo del daño que hacemos al ambiente (sí: ese ambiente que nos sustenta de momento), sino como una expresión directa del daño mismo.
Luego, habla de cómo un gran número de gente (menciona la cifra de 100 millones de personas) están actuando en un millón de organizaciones para hacer lo que haya que hacer respecto al cambio climático. Algo en lo que incluso un número creciente de empresas están entrando, porque literalmente les va la vida en ello.
Y, por fin, entra en el asunto que a mí personalmente me fascina: las "oportunidades de diseño" que esto colleva. Sí, claro, porque cambiar va a requerir que usemos nuestras cabezas de primates verbales y visuales, y que las pongamos a trabajar en dirección a los objetivos verdaderamente importantes. Habla de varios "principios de diseño" (retrospectivamente obvios, como tantas cosas importantes). Y me recuerda que "esto de la creatividad es lo que yo he estudiado".
Así que, qué caramba, por la presente ofrezco mis servicios (con la remuneración que acordemos) de forma que podamos rediseñar lo que haya que rediseñar. ¿Soy lo suficientemente bueno como para que me pagues? Sólo sé una forma de comprobarlo.
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