Sostenibilidad sostenible

Anoche estuve charlando (IM) con Jeff Buderer (de oneVillage). Me envió un borrador de un plan de negocio para instalar esas cosas que están instalando ellos: integrando tecnologías recién inventadas o a medio inventar, y ganando dinero con ello.

Es interesante poder ver esas cosas como lo que son: asuntos concretos, en los que la gente se juega (a ganar) los garbanzos. Bueno, los garbanzos y la papaya, las lechugas, y todo lo demás. :-)

Me llama la atención la relación entre negocios y sostenibilidad, o entre sostenibilidad y negocios: para que la sostenibilidad sea sostenible debe ser rentable: debe permitir que quienes se esfuerzan en esa dirección puedan traer comida a la mesa igual o mejor que quienes se esfuerzan en otras direcciones.

Pero no todo el mundo tiene esa visión. De hecho, hay quien se plantea "eso de la ecología" como algo bastante diferente:
  • Algunos son ecologistas rabiosos. Van a las manifestaciones y se pintan la cara. Las cosas que les huelen mal, que son muchas, les huelen tan mal que tienen la cabeza llena de "hay que denunciar esto", "hay que sensibilizar a la gente", etc. Personalmente, lo digo desde ya, me parece que esto es insuficiente, lento e ineficaz. Mucho ruido y pocas nueces. Envías mil millones de telegramas y cambian una ley un siglo después, y no se aplica nunca.
  • Otros son ecologistas de salón o de cafetería, que muchas veces están un poco tristes, como los existencialistas de la filosofía, porque ven los problemas y los comentan, pero que ni siquiera los comentan mucho porque, "total, no podemos hacer nada". Los optimistas de este grupo opinan que "ya tendrán algún invento guardado para sacarlo cuando les venga bien". La cuestión es que no se sienten en absoluto poderosos, ni siquiera un poquitito así.
Claramente, no me siento identificado con ninguno de esos dos "prototipos". Lo que pienso, personalmente, es lo siguiente:
  • Creo que, como mínimo, cada persona tiene una pequeña parte de un gran poder. Si no compro de esta marca, o me niego a comprarme un coche nuevo porque hago mis cálculos y decido que no, o si tomo dos o tres decisiones diarias, es verdad que hago poco. Pero entre muchos puede que tenga algún efecto. No es que sea muy optimista, porque un sólo derrochador puede contrarrestar a mil anti-derrochadores. Pero lo que cada uno puede hacer es mayor que cero.
  • Además, creo que, realmente, la cantidad de poder de cada uno es imprevisible. ¿Qué pasa si lo que comentas lo oye un tipo que a su vez hace cosas que tú no podrías hacer?
  • Y, por último, creo que está el poder de los cambios sistémicos. ¿Qué pasa si ponemos en marcha una economía alternativa a escala local, y que esa economía se junta con otras? Las economías marcan "reglas de juego" que nos obligan a comportarnos de una forma concreta. Así que si participamos en un "cambio de reglas" (en diseñarlo o aplicarlo o extenderlo), las consecuencias pueden ser dramáticas, y sólo con un esfuerzo ridículamente pequeño, de escala no titánica sino simplemente humana.
En fin, perdona el rollo, que lo que quiero decir es más SIMPLE:
  • Esta bitácora se crea con el convencimiento de que es posible hacer cambios en dirección a una Canarias sostenible. Esta bitácora pretende exponer, buscar, comentar, atraer a quienes están haciendo esos cambios y a quienes quieren incorporarse a esos cambios. ¡Necesito tu ayuda, pero voy a empezar solo!
  • Creo que esos cambios pueden requerir muchas pequeñas acciones por parte de un número relativamente grande (o pequeño, según) de personas. Pongamos unos 10,000 (por decir algo) inicialmente. Creo que luego será más gente. Al fin y al cabo, al principio "tener móvil era de horteras".
  • Creo que algunos cambios serán sistémicos (no demasiado difíciles de hacer pero con mucho efecto), y vendrán propiciados por la acción de un número de personas aún menor. Pongamos unos 100.
  • Tú eres una de esas personas o al menos la conoces, y - reconócelo - puede que hasta te esté entrando la intriga de saber qué pasaría si lo pones en contacto con esta bitácora.
¿Eres capaz de imaginarte Canarias sostenible? ¿Qué podríamos ir haciendo? ¿A quiénes les puedes contar esto y decirles "imagina-canarias.blogspot.com"? ¿Qué quieres que digamos de lo que tú haces o sabes que otros hacen? ¿Te has fijado en que hay una etiqueta que dice "comentarios"? :-)

3 comentarios:

mmp dijo...

Coincido contigo en la clasificación, "ecologistas rabiosos" y "de salón", aunque tal vez a veces sean fases transitorias. Eso es lo que hay que intentar, que se derive a la acción, a lo positivo.
mucho ánimo y suerte con esta nueva iniciativa...
seguimos en contacto :)

rumm dijo...

Yo añadiría otra categoría más: la del Ecologista cara de Dolar, que aprecia mucho el verde, pero el de los billetes o todo lo más el del cesped para jugar al golf.

Ser "ecologista rabioso" no lo veo tan negativo, lo veo necesario muchas veces. Ahora, el problema sería ser exclusivamente "ecologista rabioso" full time. Lo mismo con ser "ecologista de salón".

Cuando ves cómo arrasan un bosque precioso para hacer un campo de Golf y casitas para guiris pues es dificil no transmutarse en "cologista" rabioso y echas en falta no ser como el increible Hulk (ése tiene que ser "cologista" por fuerza, pues se pone de un verde grinpís que no veas... ;-)

La receta para ser "cologista" no existe. Cada cual tiene la suya, pero mi pequeña experiencia me dice que unos pocos cologistas más o menos rabiosos, no pueden cambiar no ya el mundo, sino una ley o una política urbanística de un año para otro, ni siquiera de una legislatura para otra, pero el trabajo continuado sí acaba dando sus frutos....

Sólamente presentando alegaciones a proyectos y realizando campañas de opinión ya se consiguen algunas cosas. De acuerdo, puede que no sea mucho, pero cabe preguntarse ¿vale la pena renunciar? ¿qué pasaría si no hubiera alguien que levantara la voz y opusiera argumentos? Pues que los "capi" y sus marionetas políticas harían sus negocios con más impunidad todavía...

Ser "cologista" en España es complicado. Tiene muy mala imagen. Donde vivo, además te consideran antipatriota por no estar de acuerdo con la política desarrollista oficial. Te señalan con el dedo a sus acerebrados acólitos para asustarte o influirte. Oponer el bien común a los tejemanejes de los caciques del ladrillo y la lechuga y sus políticos salvapatrias a sueldo no está bien visto.

LG dijo...

Ser "ecologista rabioso" (conste que se trata de un etiquetado rápido para entendernos y poder hablar, no para reducir las personas a estereotipos) puede cambiar algunas cosas. Es bastante probable que si el 30% de la población se comportasen como "ecologistas rabiosos", las cosas cambiarían muchísimo y rápidamente.

Personalmente, tengo la sensación de que, como los humanos somos variados, hay gente con más sensibilidad ecológica que otros, y para que el 30% de la población "huelan a quemado" es que las cosas tienen que estar ardiendo ya bastante, tal vez de forma irreversible.

Por eso prefiero no esperar y trabajar con los "no rabiosos" desde ya mismo.

Ese es un argumento (que para mí es válido a día de hoy): NO QUIERO ESPERAR A QUE LAS COSAS SEAN INDUDABLES PARA MUCHOS.

El otro argumento es que la "rabia", que en este contexto entiendo como "denunciar, quejarse, exigir cambios institucionales y de empresas grandes" puede ser comparativamente menos eficaz que organizar e inducir y facilitar cambios positivos, factibles, a medida, auto-impulsados, catalíticos.

Este argumento podríamos escribirlo como INVENTAR Y CONSTRUIR ES MÁS EFICAZ QUE CRITICAR Y DENUNCIAR.

En concreto, tengo la impresión de que la concienciación es algo que viene después de los actos, y no antes. Creo que los niños primero aprenden a decir "por favor", más o menos mecánicamente o como un juego de imitación, y LUEGO se van convirtiendo en personas amables POR DENTRO, que se sienten mal si no tratan con respeto a los otros. (A veces pasa al revés: primero te convences de que fumar es malo y luego dejas de fumar.)

La telefonía móvil fue creada por visionarios ambiciosos, y primero entraron al trapo (como clientes) horteras y yuppies, y luego todos los demás.