Bueno, vale, déjame aflojar un poco. Estamos hablando de escenarios. La crisis financiera parece estar contagiando a la economía real. Es muy sensato considerar un rango de posibilidades.
Veamos la posibilidad peor.
¿Cuál es la posibilidad peor?
En mi mente, la posibilidad peor es que Canarias deba, bruscamente, alimentarse por su cuenta. Tal vez con un poco de ayuda transitoria de algún territorio cercano. Plátanos y tomates a cambio de otras cosas, mientras aquí crece lo que hayamos plantado.
El escenario se desarrolla, de nuevo en mi mente, de la siguiente manera:
- Fase de incredulidad. Podría ser la fase actual.
- Fase de miedo, mucho miedo. La gente hace cosas tontas como vaciar los supermercados. No toda la gente, ni mucho menos, pero es suficiente. Ya con la guerra del golfo, mi carnicero vendió lo de 14 días en 3 horas. Si él tiene por ejemplo 500 clientes, seguramente bastaron 50, o menos, para vaciarle los depósitos. En realidad, bastaron 5 que contagiaron a otros 45.
- Fase de pensar. Ahí te quería yo ver. ¿No habrá que plantar algo? ¿Tenemos semillas?
- Fase de subirse las mangas. Semilla tun-tún, semilla tun-tún.
- Fase de esperar activamente. No crece esto, tú. Vamos a tirar de las hojitas de la zanahoria, a ver si así crece más rápido.
- Fase de esperanza renovada. Hombre, parece que, huy, cómo sabe esta zanahoria con tierra y todo. ¡Si es que donde esté la naturaleza!
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