Bien. De acuerdo. Explorémoslo. Hay toda una página sobre monedas complementarias. Puedo imaginar por mi cuenta, a ver qué sale.
- 2 millones de personas. Digamos que necesitamos una masa monetaria de 500 caneuros por persona, es decir 1000 millones de caneuros, que si se ponen en billetes de 1, 5, 10 y 50 serían muchos, muchos billetes. Mucho papel con sellos y rollos para evitar la falsificación. [Sí, ya sé que dicen que hay que empezar en pequeño, pero a mí me gusta medir la isla y pasear antes de poner los cimientos de nada. Si hay variedad de estilos, por algo será.]
- O bien un sistema informático que permita hacer las transacciones de más volumen, y las domiciliaciones. Y mucho menos papel. Y, ¿sabes una cosa? Pregunté en el banco que es dueño de la mitad de donde vivo, y me dijeron que pueden trabajar con otras monedas, incluso con monedas inventadas. Mencioné específicamente "monedas complementarias". Y parece ser que sí, que podrían. Así que de entrada aceptémoslo como posible.
- Las ventajas son evidentes. ¿Se deprecia el euro por una hiper-inflación salvaje? No nos importa. ¿Hay producción agrícola externa? Fantástico, pero la mera existencia de una moneda local, por lo visto, estimula el mercado interno. Y no tiene que haber una gran masa monetaria, si circula muchas veces por unidad de tiempo, es decir que cambia de manos con frecuencia y participa en muchas transacciones.
- ¿Y los inconvenientes? Sí, es una lata poner en marcha algo nuevo. Y cómo cobrar los impuestos. Y todo un número de impedimentos que se nos pueden ocurrir, y que seguramente son ciertos.
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