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Época de resumir y proyectar, dicen.
De mirar p'atrás y p'alante, dicen.
Y de no olvidarse de mirar pa' los laos.

Ayer me leí un artículo un poco largo que al final contaba la historia de un violinista.
http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/04/04/AR2007040401721.html

== Material y métodos:
Un violinista de altísima calidad, tocando piezas seleccionadas.
Stradivarius cuya madera, seguramente, estaba acostumbrada a la magia.
Tocó durante un buen rato, disfrazado de persona normal, en una esquina del metro de no sé dónde, grabado por una cámara oculta.
Un puñadito de reporteros del Washington Post pararon a algunos paseantes, y les pedían su número de móvil para entrevistarlos al día siguiente, con no sé qué excusa de la calidad del servicio en el metro.

== Resultados:
43 minutos de música.
1097 personas pasaron por allí.
7 personas se detuvieron al menos un minuto.
27 dieron dinero y siguieron corriendo. Colecta total, poco más de 32 dólares. (En 2007.)
En un momento concreto llegó a haber 6 personas escuchando a la vez.
La mayoría de los entrevistados ni siquiera recordó al violinista.
Invariablemente, los niños pequeños hacían los movimientos propios de querer quedarse a escuchar más, y todos fueron arrastrados por sus padres a la vorágine, que succionaba a todos, túnel adelante.

== Recomendaciones:
¿1 minuto de prestar atención, 3 veces al día?
¿Aprovechar los semáforos en rojo para mirar?
¿Hacer girar el bolígrafo sobre un plano horizontal, y cuando se pare mirar en la dirección en la que acabe apuntando, y ver qué cosas buenas hay por ahí?

Ea, ya está la cursilada dicha.
To'l mundo a trabajar, hombre, pa' construir las buenas noticias del 2009.
No se mestén parando.

Saludos,

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