Existe el desorden excesivo, incompatible con el funcionamiento y con la consecución de cualquier objetivo por nimio que sea. Es el desorden de mi mesa durante demasiados días al año.
Existe, dicen, una situación "al borde del caos", que es la más apropiada para la vida, la creatividad y la productividad.
En este momento, mi mesa mental está repleta de cosas, tantas que no las puedo ni siquiera comentar de forma coherente. Así que, ahí van, un puñado de ellas en una entrada de la bitácora, en vez de cada cosa en una entrada separada:
- El diseño, la forma de usar la cabeza para diseñar, es algo que se puede aprender y enseñar. Personalmente he hecho algunas cosas, y me ha interesado mucho ver lo que hacen otros (mezclando docencia con diseño). Hay quien se ha currado una visión ordenada (que formará parte del caos más amplio).
- Los problemas son tan grandes, tan en paralelo, tan mezclados y tan retroalimentados, que la mente se resiste, queda confusa, no produce ninguna acción muscular en la parte neuronal de la salida. No sé cuál es mi mejor acción. Estaría bien tener un taller para ver lo del reprap en Canarias, pero no estoy en situación de hacer eso en este momento. Y tal vez haya cosas que ocurran solas.
- Lo de conectar, crear conexiones, conectarnos, no está funcionando bien que yo sepa. Tal vez no es necesaria tanta conexión si no hay nada valioso que contribuir. Mucho de lo que circula por las conexiones es, lamento decirlo, basura pura y dura. Y la conectividad, aún la que usamos sólo para leer cosas interesantísimas que hacen otros, quita tiempo para lo demás.
- Sí puede ser necesaria una reflexión incómoda, de esa que harías en un lugar accesible sólo con clave ultra-secreta, porque incluye cosas que no quieres ni contarte a tí mismo. Cosas como "soy parte del problema" y "no me atrevo a hacer determinados cambios". Cosas que llevan trabajo aislado, me sospecho.
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