Economía e Imagina Canarias

Llevo un par de meses escribiendo cosas sobre cómo reenfocar mi trabajo en esta esquina de la blogosfera que es Imagina Canarias.

Tengo la sensación de que he intentado contribuir desde lo alto del mástil más alto del velero. Como el mono tití propiedad del capitán pirata: "mira lo que hay allí lejos, mira, mira".

Pero si estamos atravesando aguas localmente turbulentas, no es descabellado pensar que tal vez la situación requiera un cambio de enfoque, un giro del cuello, un nivel de zoom diferente.

Sabiendo, naturalmente, que lo mejor es cambiar alternativamente de amplitud de foco, pasar de lo estrecho a lo amplio y de nuevo a lo estrecho, porque así surgen ideas que pueden ser más rompedoras y a la vez más aplicables.

Pero ahora el objetivo prioritario podría ser "aplicable", o incluso "aplicable ahora", y "aplicable ahora por alguien en particular". Lo que es todo un desafío.

¿Y cuáles son esas aguas localmente turbulentas? ¿Cómo las describo para mí mismo? Es una mezcla de crisis ecológica, crisis económica, crisis de pensamiento (somos muy, muy, muy torpes pensando, en ciertos aspectos; en otros lo hacemos francamente bien), y seguramente alguna crisis más.

Creo que da igual por dónde empecemos, porque la realidad tiene una característica particular, y es ser "holística". A través de cualquier aspecto ves los otros, si te empeñas en mirar un poco más allá de ese "cualquier aspecto".

Así que, perdón por dar tantas vueltas, creo que me voy a centrar en la toma de decisiones económicas. No porque sepa del tema sino precisamente porque no sé, y necesito aprender.

¿Cómo es la economía de la comida, de la energía, de todo lo demás en Canarias?

Durante años me he resistido a hablar de euros, y he tratado de hacer mis cálculos basándome en calorías por persona y día, kilowatios-hora, y cosas así. Creo que es un área a la que normalmente no se presta atención, cuando en realidad es lo básico.

Para mí, durante este tiempo, y aún ahora, los "euros" son una capa añadida, artificial en el peor sentido de la palabra, un juego que nos separa de la realidad profunda de qué cosas necesitamos, queremos y podemos obtener.

Pero el dinero tiene su importancia, y creo que voy a pelear un poco conmigo mismo para tratar de entender en qué sentidos está entrelazado con todo lo demás que, sinceramente, me importa más.

No sé cuánto de lejos voy a llegar, pero lo voy a intentar.

Para ver si el mono tití puede ser útil en las distancias cortas, que también existen y son un pre-requisito para las distancias más largas.

¡Ya veremos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://book.pdfchm.com/the-secret-language-of-money-how-to-make-smarter-financial-decisions-and-live-a-richer-life-16660/