- Las catástrofes, por ejemplo las medioambientales, producen pobreza agudamente, o empeoran la pobreza crónica. Te quedas sin recursos propios, incluso si antes lo tenías todo.
- La pobreza crónica es un tipo de catástrofe. Vives sin recursos. No tienes recursos para seguir con vida, para mejorar tu vida, para vivir tu vida.
- Una manera de medir el efecto de las catástrofes es contar el número de fallecidos respecto al total de la población. Hay catástrofes de 1 por mil, de 1% o de 10% fallecidos. Las muertes son la punta del iceberg, y cuando uno fallece suele ocurrir que hay, además, varios o muchos que enferman, están heridos, o en general sufren. Pero las muertes son más fáciles de contabilizar, y así podemos intentar la comparación de unas catástrofes con otras.
- Todos fallecemos al final de nuestra vida, aunque nos resulte difícil de admitir. Resulta aún más difícil admitir las muertes precoces prevenibles. Empeora las cosas el sufrimiento prolongado prevenible.
- Empeora mucho las cosas el sufrimiento de ecosistemas enteros. Ensuciamos y algunos se enriquecen. Dos caras del mismo problema. Calidad de vida para todos o casi todos, de bajo impacto ambiental, acelerando hacia ese objetivo desde hace un tiempo, y cada vez más. El ecosistema nos devuelve el codazo, por tontos. Él, o ella, pone las reglas.
- Hay dos formas de luchar contra la pobreza, acabar con la pobreza, reducir la pobreza. Una es que la gente pueda ganar más dinero. Otra, que puedan conseguir más cosas importantes con el mismo dinero.
- Para ganar más dinero tienen que producir más bienes y servicios comercializables, con el mismo esfuerzo. Cultivar sin doblar la espalda. Obtener agua sin caminar 3 horas. Poder aprender o enseñar cuando se ha puesto el sol.
- Para conseguir más cosas importantes con el mismo dinero hay que inventar, difundir y hacer disponibles bienes y servicios importantes, de calidad suficiente, a bajo costo económico. Lámparas y cargadores de teléfono móvil con energía solar, neveras simples y baratas, hornillos que no llenen de humo los pulmones de tus hijos, agua potable que puedas pagar, retretes apropiados a tu economía y a tu cultura, sistemas sanitarios de prevención y tratamiento que puedas pagar.
- Para que todo eso funcione, parece muy conveniente que haya conocimiento abierto, que se pueda poner de forma visual, que se pueda traducir a todos los idiomas que sea necesario. Hace falta que alguien - muchos "álguienes" individuales y concretos, quiero decir personas físicas - se gane la vida decentemente, acercando esos conocimientos a sus vecinos de barrio, de región y de país. Hace falta que pensemos en términos de sistemas distribuidos, reticulares, orgánicos, incontrolables.
- Lo que para unos es "salir de la pobreza", para otros es "ir de excursión" o "estar listo para las disrupciones ocasionales". Porque la pobreza es ir de excursión de forma extrema. Y, tal vez, porque yendo de excursión buscamos una simplicidad que nos resulta agradable, aunque sólo sea para variar. O no.
- Todo eso está ocurriendo ya, en menor o mayor grado de desarrollo, así que no estoy siendo normativo sino descriptivo. Estoy describiendo un camino al que a un número creciente de personas les apetecerá unirse, para beneficiarse, para contribuir, para vivirlo, y porque su vida les parece mejor viviendo así.
- Es cierto, simultáneamente, que las cosas pueden torcerse, ponerse muy feas, empeorar más allá de que sea posible la recuperación. Creo que esos golpes bajos pueden acelerar los cambios benignos, y también habrá instancias locales en que los golpes bajos frenarán los cambios benignos.
- "El mundo tal como lo conocemos" está dejando de existir cada segundo. La alternativa, la persistencia de ese mundo, es una estupidez y además no es verdad. Esa estupidez y esa mentira existen en nuestras mentes, asumidas de forma individual y colectiva, y así nos va. No es necesario seguir por ese camino. No existe el futuro estable, salvo tal vez para algunos cristales, y para los fallecidos (creo).
- No sé cómo van a ser las cosas en un mes, un año, una década. Seguirán cambiando, a veces de forma acelerada, a veces a trompicones, a veces con desaceleración aparente y sorprendente. Y nosotros tendremos que darnos descansos entre un remolino y el siguiente.
- No controlas la tempestad, ni la calma chicha. Controlas el timón y el remo, y ni siquiera esas cositas las controlas del todo. Es lo que hay. Entra dentro de lo posible que lo aceptes. Entra dentro de lo posible que hagas algunas cosas pequeñas cada día. Incluyendo respirar, haciendo lo que hacen los grandes depredadores de la sabana cuando se echan una siesta en las ramas de los árboles; es decir, aparentemente, nada.
- Creo que es posible que hagamos lo que hay que hacer, y que mejoremos las cosas. Es sólo una opinión, y el futuro está abierto. Tan abierto como siempre.
Objetivo: flexibilidad. Porque es difícil ser sólo pesimistas o sólo optimistas viviendo al borde del caos. Lo que hace prudente considerar qué saber, qué hacer, qué tener preparado.
Tiempos interesantes: sobre la pobreza, el ecocidio y otros asuntos para emprendedores
Van encajando algunas cosas en mi cabeza:
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