En esa era, fabricaremos nuestras viviendas con barro local y con diseños compartidos. En general, compartiremos las recetas, al tiempo que cada uno cultiva sus propios ingredientes.
Hay 3 piedras en el camino:
- Debemos andar ligeritos frente a la amenaza de catástrofes más o menos aceleradas que nos hagan descarrilar. La crisis económica puede acelerar algunos cambios, pero también puede hacer difíciles otros cambios. El pico del petróleo, lo mismo. El terrorismo o las enfermedades o la pura inestabilidad geopolítica, también.
- Debemos explicitar en qué puede contribuir cada uno. Imagina que quieres arrancar un automóvil que se ha quedado sin batería. El más ligero de nosotros se pone al volante, los más fuertes empujan, y la ancianita sin carnet de conducir avisa si te acercas demasiado a los que están aparcados a los lados de la calle. Ahora imagina que el automóvil está casi totalmente cubierto por la niebla, y nuestros cuerpos también. ¿Por dónde empujo? ¿Cuál es mi contribución posible? Ya empecé a hacer un mapa para la comida local, pero confieso que aún no lo he desarrollado.
- Debemos lograr que ese viaje a la abundancia beneficie al conjunto de la humanidad, porque no es posible que beneficie sólo al 5%.
Es posible, por ejemplo, que los desarrollos de tecnología apropiada, tanto clásicos como novedosos, se traduzcan a cada idioma, y aparezcan en una pantalla cerca de mucha gente.
Hay que ver qué produce mayor aceleración benigna. Y hacerlo.
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