Recuerdo pocas cosas de cuando era pequeño.
Una es que íbamos en coche, en el sudeste de alguna isla, y había bastante viento, de ese que hace rodar los matorrales en las películas del oeste americano. Un adulto dijo "qué pena que no se esté aprovechando toda esta energía".
Otra, que me contaron pero no recuerdo, es que en una ocasión, cuando estaba aprendiendo a caminar, me encontré en un punto en el que los ladrillos del suelo cambiaban de color. Al parecer, mi reacción fue "probar con cuidado el nuevo terreno" adelantando el pie, antes de apoyar todo el peso del cuerpo. Alguien, tía o abuela, dijo "este niño es Don Prudencio", y probablemente tenía razón.
Una tercera, y ya acabo, es que en clase, cuando estaba aburrido, dibujaba rectángulos con cosas dentro. Las "cosas" eran un puñal, un "8" de cuerda, tal vez una brújula, y algunos otros elementos. Se suponía que aquello era "el kit de supervivencia de Tarzán". Creo que me gustaba fantasear que con "cuatro cosas bien pensadas" podías sentirte seguro en cualquier selva.
No creo que hayan cambiado tanto las cosas dentro de mi cabeza. :-)
Ahora lo que ando rumiando ya lo sabes, si has leido algo de esta bitácora.
En primer lugar, "es una pena que tanta energía no se aproveche". En Canarias hay viento, tierra, sol, y ocasionalmente mucha agua. Hay gente con cerebros. Hay información. Hay muchísimos tesoros escondidos.
También hay mucho capullo, sí. Pero hay datos que apoyan la noción de que "los buenos" somos numéricamente mayoritarios.
En segundo lugar, mejor un poco de prudencia. Claro que también es cierto que demasiada prudencia puede causar problemas.
Por otro lado, hay cosas que acaban produciendo un cabreo monumental. ¿Cuánto estamos dispuestos a tolerar?
En tercer lugar, lo del kit. Un grupo de objetos, conceptos, etc, que formen un conjunto coherente, minimalista, flexible, y dirían los matemáticos que "elegante".
Ese minimalismo puede ser además indispensable si hay falta de recursos.
Y, además, el minimalismo puede tomar la forma de "minimizar los inputs externos". Es decir, hacer maravillas con lo que ya tienes.
Retos de diseño.
Así que podemos intentar definir la catastrofología como la ciencia de diseño, o mejor el conjunto de estrategias de diseño con base científica, que permite fabricar kits, físicos y conceptuales, para hacer frente a situaciones de la probabilidad que sea (alta, baja, desconocida), con soluciones elegantes y eficaces.
(Nota: Como no vas a tener un kit aparcado, porque se oxida si no lo usas, lo ideal es que el kit sirva también en tiempos de paz.)
Entre otras cosas, la catastrofología es necesaria porque ya hay situaciones en las que es necesaria. Y además, porque si y cuando llega a ser necesaria para aquellos que a día de hoy no la necesitan, no será el momento de andar inventando.
(Así que sí: doble uso. Ahora para los pobres, otro día para los hoy-ricos. Por simplificar.)
¿Cómo lo ves?
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