Imagina lo que sería poner la realidad actual en una novela de 1981.
Habla de que se ha descubierto que los combustibles fósiles causan problemas, posiblemente catastróficos, en el clima. De una enfermedad de transmisión sexual que altera la inmunidad y que circula sin freno por grandes partes de África. De un ataque fundamentalista a los dos edificios más altos de Estados Unidos, a los que el país responde invadiendo otros dos países.
Todo eso, sin empezar a mencionar internet.
Dice que si en 1981 hubiese puesto todo eso en una novela, le habrían dicho que era demasiada ciencia ficción, que no podrían caber todos esos elementos en el mismo argumento, y puede que hasta le hubiesen enseñado la puerta de salida.
Concluye lo siguiente:
Los escenarios tienen que ser plausibles,
pero la realidad no tiene esa limitación.
1 comentario:
Buena reflexión.
Te recomiendo la lectura de Blackout, El apapón
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